Debemos ser los trabajadores y trabajadoras, las organizaciones sindicales que no comen ni viven del régimen las que pongamos en marcha nuestros derechos. Desde el SAT ya son muchos los conflictos que hemos encabezado y nuestra representación no para de crecer.
Por Curro Moreno
La Delegada de Gobierno en Jaén, Ana Cobo, linarense de nacimiento y empleada en distintos puestos de estrecha relación con la política desde sus 25 años, se vanagloriaba en un acto lleno de cargos institucionales, patronales y sindicales, de la firma del nuevo convenio de hostelería para la provincia de Jaén. En ese acto había poca o ninguna trabajadora de la hostelería, es más, dudo que la mayoría de los trabajadores de la hostelería de la provincia sean conscientes de que tienen un nuevo convenio, como tampoco eran conscientes de la existencia y el contenido del anterior convenio.
¿Por qué? Porque el convenio en el 99% de los tajos de la hostelería no existe, y en ello tiene la principal responsabilidad las administraciones (todas) y los sindicatos mayoritarios. En mi último centro de trabajo hostelero solíamos bromear con lo bajo que estaba el fregadero diciendo “el que lo ha instalado seguro que ha fregado pocos platos”. Pues eso le pasa a la señora Ana Cobo, se alegra de una cosa de la que ni sabe, ni conoce, ni sufre.
Esta señora no conoce los horarios interminables de 10 o 12 horas diarias con 6 días de trabajo semanales por salarios de 650 u 800 euros, mientras solo nos dan de alta 5 o 6 horas, y a veces ni eso. ¿Dónde van a parar las horas trabajadas y no cotizadas, ni pagadas como horas extras? Pues a los bolsillos de la patronal sin pasar por las arcas públicas, suponiendo este uno de los mayores fraudes habidos que engrosas ese 30% del PIB andaluz que representa la economía sumergida, sin mencionar el gran fraude que esto supone a la Seguridad Social y a la Agencia tributaria. Tampoco conoce la dificultad, el mobbing, el abandono de los sindicatos mayoritarios a quienes deciden organizarse para defender sus derechos laborales en el sector.
Si conoce que los beneficios del sector no paran de crecer pero los salarios se estancan, entonces, los beneficios del sector ¿A quién van a parar? Pues a la gran patronal, esa que se sienta junto con nuestra delegada del gobierno, supuesta socialista, y con los sindicatos mayoritarios, supuestos defensores de los trabajadoras y trabajadores del sector.
La representación de los trabajadores en el sector de la hostelería fuera de los sindicatos mayoritarios se hace muy complicada dentro de un sistema de representación hecho a medida de los grandes: es necesario el acuerdo de la mitad mas uno de la plantilla de una empresa para poner en marcha unas elecciones sindicales a través de un sindicato no mayoritario, cosa nada fácil en un sector en el que el orden del día es la presión patronal cotidiana a través de la jerarquía y la desunión debido a los horarios interminables y la excesiva temporalidad en los contratos (a nivel general, Jaén tiene un 99,8% de contratos temporales desde 2016).
En definitiva, ¿Para qué queremos convenio si nadie lo cumple, ni nadie vela por qué se cumpla? El convenio anterior no era malo, pero no existía en los tajos. Debemos ser los trabajadores y trabajadoras, las organizaciones sindicales que no comen ni viven del régimen las que pongamos en marcha nuestros derechos. Desde el SAT ya son muchos los conflictos que hemos encabezado y nuestra representación no para de crecer. Como punta de lanza, Granada, en la que nuestra organización lleva años siendo la punta de lanza en la exigencia de un nuevo convenio justo y digno para las trabajadoras, y sobre todo en la aplicación del mismo.
En este sentido, la semana pasada se reunía en Córdoba el Sector Nacional del Hostelería del SAT, para darle una coherencia andaluza a nuestra lucha dentro de un sector clave en nuestra economía en el que la patronal hace la olla gorda a costa de nuestros derechos, nuestra salud, nuestra conciliación familiar y nuestras vidas. No será con nuestro consentimiento.
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