Es necesario continuar la presión en la calle, las empresas y en el Parlamento

Declaración ante la nueva reforma laboral

El Real Decreto-ley 32/2021, de 28 de diciembre, de medidas urgentes para la reforma laboral, la garantía de la estabilidad en el empleo y la transformación del mercado de trabajo, publicado en el BOE el pasado 30 de diciembre, no es ni de lejos una derogación de la reforma laboral del PP de 2012. El anuncio persistente de que se buscaba una derogación de la anterior reforma sólo ha creado falsas expectativas y frustración entre los trabajadores y trabajadoras.

Las dos últimas reformas, tanto la del PP como la anterior del PSOE, fueron golpes tremendos a los derechos laborales y sindicales de los trabajadores y de las trabajadoras. Con este decreto ley, acordado por el Gobierno central, los sindicatos UGT y CCOO y la patronal, no recuperamos, ni mucho menos, el terreno perdido.

La presión de la Unión Europea para cerrar este mal acuerdo ha sido crucial. Las instituciones europeas demuestran, una vez más, que siguen siendo un lastre para la clase trabajadora de Andalucía, siguen siendo una herramienta al servicio de los intereses del gran capital financiero.

La inclusión en el acuerdo de la patronal, impuesta por la UE y el PSOE, ha tenido como consecuencia limitar, en perjuicio de la clase trabajadora, el alcance de lo que se vendió públicamente como una posible derogación de la reforma laboral del PP.

Sabemos perfectamente que entre los opositores a una derogación real de la reforma del PP estaba el propio PSOE que conforma el grueso del gobierno central y que en anteriores ocasiones llevó a cabo reformas laborales lesivas para el conjunto de la clase trabajadora. Se evidencia, una vez más y al igual que en otras materias, el incumplimiento del pacto de gobierno suscrito entre el PSOE y UP.

A esta falta de valentía y audacia del gobierno central (PSOE y UP), se ha unido el conformismo de CCOO y UGT. Tenemos la sensación de que, a veces, la labor de estos sindicatos son un freno para conseguir los avances sociales que necesita el pueblo trabajador andaluz.

Es cierto que la propuesta aprobada contempla algunas tímidas mejoras en materia de contratos, negociación colectiva, ERTEs y estabilidad en el empleo. Pero no nos podemos considerar satisfechos ni celebrar una reforma laboral que nos permite subir un peldaño cuando antes nos hicieron bajar toda la escalera.

Este decreto es notoriamente insuficiente. Hay que seguir empujando, mediante la movilización y la presión social, y conseguir recobrar los derechos arrebatados por las reformas laborales del PP y del PSOE.

Una vez más se demuestra que lo único, que de verdad, revierten las políticas neoliberales son la lucha y la movilización sindical y social. Sólo cuando la calle está viva y activa, y se desbordan los límites de lo establecido, los despachos se ponen a trabajar. Es fundamental activar al máximo la presión y la movilización para recuperar y ampliar derechos y conseguir una normativa laboral realmente digna para con los intereses de la clase trabajadora.

Andalucía, 4 de enero de 2022

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